Telepizza ha puesto a punto su balance para atraer el apetito de los grandes inversionistas, para eso, la firma española prepara su regreso a bolsa diez años después y pretende captar cerca de 1.000 millones de euros.
La compañía cerró con éxito el año pasado un ambicioso proceso de refinanciación, con el que logró reducir la deuda de 485 a 285 millones de euros, dio entrada al fondo americano KKR en el accionariado con el 36% del capital y convirtió otro 13% que estaba en manos de una línea de crédito PIK (payment in kind) por valor de 100 millones. El 51% de sus títulos sigue en manos del fondo de capital riesgo Permira y la familia Ballvé.
Con este nuevo balance, más saneado, la compañía ha decidido abrir un proceso para salir a Bolsa el año que viene, según informó el portal Expansión de España a partir de cinco fuentes financieras consultadas.
“Todavía se encuentra en una fase muy inicial, pero la empresa ya está hablando con diversos bancos de inversión, entre los que figuran Rotshchild, Lazard y Mediobanca, para ponerse manos a la obra”, señala una de estas fuentes conocedoras del proceso.
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VENTA PARCIAL
No obstante, tampoco se descarta una venta, en el caso de que llegue un comprador con una oferta mejor, aunque en este momento la compañía prefiere una salida a bolsa. De hecho, existe una opción intermedia.
Fuentes de un banco de inversión aseguran que hay fondos interesados en hacerse con casi un tercio del capital, para después continuar con el debut previsto en los mercados. Esto ocurrió, por ejemplo, con la operación de Saeta Yield. ACS vendió el 24,01% de Saeta al fondo estadounidense GIP antes de que su filial empezara a cotizar.
Por tanto, se iniciaría así una estrategia de dual track, como se denomina en la jerga financiera para referirse al comienzo de un proceso de salida a Bolsa sin descartar una venta, ya sea total o parcial.
La evolución de su cuenta de resultados resulta fundamental para que Telepizza cumpla este sueño. En ésta deberían reflejarse ya, no sólo la recuperación que está experimentando la economía española y, por tanto, del consumo, sino también los efectos del impulso que le dio la empresa a su estrategia de internacionalización el año pasado, tras la entrada de KKR en el capital. Para ello, incorporó a la firma a Giorgio Minardi, como responsable del área internacional.
Tal como indicó su CEO, Pablo Juantegui, a finales del año pasado, el grupo pretendía destinar aproximadamente 20 millones anuales a la internacionalización del negocio tras sanear su balance. Aventuró que, de aquí a cinco años, el 50% del negocio vendría de fuera (frente al 35% actual), y alcanzaría cerca de 2.000 tiendas en todo el mundo, con una fuerte presencia en Latinoamérica y Estados Unidos.