Tesco tiene que cambiar su cultura y reinventar su marca, sostuvo el nuevo jefe ejecutivo de la compañía, Dave Lewis, a sus empleados después de semanas de escándalos para la cadena de supermercados de Reino Unido.
En un correo electrónico dirigido a su personal a raíz del escándalo contable de 250 millones de libras, Lewis dijo:
“Nuestro negocio requiere de un cambio en nuestra cultura, así como en nuestros procesos y nuestra propuesta de marca. Queremos trabajar en un negocio abierto, transparente, justo y honesto. Tesco debe actuar con integridad y transparencia en todo momento.”
Las reveladoras cifras vieron como las ventas de Tesco cayeron 6,1% en los últimos tres meses hasta mediados de septiembre según cifras publicadas por Nielsen.
Una de las mayores agencias de calificación de crédito del mundo informó que las ganancias de los supermercados podrían estar confeccionadas enteramente de sobornos de proveedores, y pidieron a la industria minorista a ser más transparentes acerca de ellos.
Tesco está llevando a cabo una investigación interna sobre su manejo de pagos a proveedores que serán seguidos de cerca por los analistas y reguladores. Los accionistas y los analistas también siguen de cerca esta situación.
“La industria, en el corto plazo, se enfrenta a un largo camino para salir de un período de márgenes deprimidos y rentabilidad aplastada, y tal vez las bases de activos y balances necesiten ser reequilibrados en el tiempo antes de que la industria pueda volver a surgir como una propuesta invertible desde mi punto de vista. El futuro inmediato va a ser difícil para el sector, pero en particular para Tesco”, indicó un inversionista.
Las preocupaciones se dan ahora sobre cómo los supermercados generan ingresos ya que la industria está experimentando importantes desafíos estructurales.
Además, el mercado británico está pasando por un tiempo en el que el auge de las tiendas de descuento como Aldi, Lidl y la expansión de Waitrose significa una mayor competencia en un momento en que los compradores están apretando el cinturón.
Las acciones de Sainsbury, Tesco y Morrisons cayeron en respuesta a una prueba más de las dificultades en el mercado y los comentarios bajistas de uno de los administradores de fondos más influyentes del Reino Unido.
Tesco fue fundado en 1919 por Jack Cohen, que tenía un puesto en el mercado del barrio de los muelles de Londres. El negocio ha ido creciendo durante las últimas décadas y actualmente están establecidos en 14 países del mundo, con más de 500,000 empleados y sirviendo a decenas de millones de clientes cada semana.