La Gran Vía es una de las calles más emblemáticas de Madrid y es poseedora de un gran movimiento cultural, turístico y comercial. Este espacio de majestuosa arquitectura de inicios del siglo XX es el hogar de cadenas minoristas como Zara, H&M y Pull & Bear, entre muchos otras.
Y una de las marcas que hizo su reciente arribo a La Gran Vía ha sido la cadena irlandesa Primark, que luego de haber decidido forjar su presencia internacional en esta competitiva plaza, ha logrado edificar un arquitectónico establecimiento que oscila entre lo clásico y lo moderno.
El punto de venta de Primark, ubicado en el histórico edificio de la tienda departamental Almacenes Madrid-París –construido en 1923-, se extiende por cuatro plantas y abarca 133.000 pies cuadrados.
Al entrar a la tienda, las vistas de los compradores se envuelven entre las construcciones de un imponente atrio y vidrios a sus alrededores. Asimismo, en la “Sala Tendencia” en la planta baja, las colecciones de productos del minorista están en exhibición.
Esta zona actúa como un escaparate de los productos, lo que sugiere de manera efectiva las compras en base a líneas de productos actuales y maridajes, pero lo más importante, que es una solución funcional a la falta de escaparates de las tiendas del edificio.
Si bien la falta de espacios en la gran avenida podría firmar la sentencia de muerte para algunos minoristas, la empresa de diseño Dalziel and Pow, con sede en Londres, creó esta y varias otras tiendas insignias de Primark, lo cual trajo el foco de la tienda hacia el interiorismo.
La tienda ofrece un equilibrio armonioso entre su arquitectura clásica española y sus características interactivas añadidas. Conocido por el uso de elementos digitales en muchas de sus últimas tiendas, Primark trató de incluir la tecnología igualmente impresionante en su nueva tienda insignia.
“El objetivo era diseñar un concepto que complementaría adecuadamente la arquitectura del sitio”, dijo Andy Piepenstock, director de diseño de interiores de Dalziel and Pow.
El directivo resaltó que en el diseño de la tienda de Primark, se trató de dar algo nuevo e impactante al cliente, lo cual no solo esté centrado en el diseño inusual del establecimiento, sino que incluye un camino funcional de visitas por cada piso, donde el cliente está motivado por el uso de 11 pantallas LED transparentes colocado estratégicamente alrededor de un atrio octogonal.
En las pantallas, los diseñadores han dedicado cientos de horas para la creación de contenido, que incluía banda sonora, mensajes de comunicación para campañas de temporada, mapas animados de Madrid, y gráficos donde se observan modelos caminando a través del espacio.