En los últimos cuatro años la transnacional Owens-Illinois (O-I) ha invertido más de US$100 millones en infraestructura, tecnología y equipos en las dos plantas de vidrio que tiene en Lurín y el Callao. Según Emilio Llosa, su gerente comercial, esto les permite producir un total de 250 mil toneladas de vidrio fundido al año, cifra que supera la actual demanda de sus clientes locales.
“Eso nos obliga a buscar nuevas oportunidades y penetrar otras categorías de envases donde no estamos presentes”, dice Llosa.
En el 2015 la empresa que tiene el 90% de participación en el mercado del vidrio peruano, pretende invertir US$50 millones en una nueva planta en el Perú.
“Estamos desarrollando varios proyectos a fin de tener una mayor actividad en la fabricación de envases de vidrio para alimentos, salsas y lácteos”, agrega Llosa.
De hecho, O-I se ha trazado desplazar el consumo de leche en lata y que progresivamente más personas opten por comprar este líquido en botellas de vidrio, tal como sucedía hace 30 años. Es probable pues, según indican sus ejecutivos, cada vez hay más personas que prefieren comprar alimentos en recipientes de vidrio por ser más saludables y amigables con el ambiente.
En el 2012, O-I vendió 1.000 millones de envases de vidrio (en 500 formas distintas) en nuestro país. El 20% de esta producción se destinó al mercado de las gaseosas, 22% a cervezas, 20% a envases para la agroexportación y 15% a vinos y licores.
En el 2012 las ventas de la compañía alcanzaron los US$145 millones. En el 2013, O-I espera crecer 12%, tal como lo hizo en los últimos tres años.