Las ventas en el sector retail de Brasil crecieron más de lo que se había esperado en julio, puesto que el enfriamiento de los precios de los alimentos cubrió los apretados presupuestos de las familias del país, incrementando así las expectativas de que la economía brasileña pueda evitar una caída trimestral.
Las ventas del rubro crecieron un 1,9% en julio a comparación del mes anterior, de acuerdo con el instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
Se esperaba un incremento de un 0,2%, según la mediana de las estimaciones de 25 analistas consultados por Reuters.
La evidencia de la recuperación en la demanda mejora las expectativas para la frágil recuperación de la mayor economía de América Latina. En el primer semestre del año, el gasto de los hogares perdió fuerza, mientras que la producción de las industrias osciló entre el crecimiento y la contracción.
“Originalmente esperábamos un crecimiento negativo en el tercer trimestre, pero (…) dependiendo de las cifras de agosto, podría ser que tengamos un tercer trimestre casi estable”, dijo Thais Marzola Zara, economista jefa de Rosenberg & Associados, tras conocer las buenas cifras.
Los precios de alimentos y bebidas bajaron en julio por primera vez en al menos 18 meses, lo que ayudó a impulsar las ventas de supermercados. El segmento había caído cuatro veces desde febrero por efecto de la elevada inflación sobre los hogares.