La crisis económica que viene atravesando la empresa textil Gap podrían aprovechar muy bien las marcas de moda y de mayor crecimiento en la industria textil Zara y H&M para destronar a la clásica firma estadounidense. Estas marcas europeas cada vez ingresan con mayor agresividad al mercado norteamericano.
Cabe recordar que el mes pasado, Gap anunció que eliminará 175 de las actuales 675 tiendas que tiene en EE.UU. -una reducción de casi el 26% para mejorar sus cuentas. La mayoría de ellas (140) desaparecerán antes de que acabe 2016, según publicó en su portal web el diario ABC.es
Cuando acabe el proceso de cierre de locales, Gap tendrá solo dos quintos de las tiendas que operaban en 2000, cuando llegó a su punto máximo de establecimientos abiertos, esto como parte de la restructuración que divulgó la firma norteamericana.
Las razones que explican por qué muchos clientes han dado la espalda a Gap son más complejas, pero se podría resumir en una frase: su modelo de negocio y su propuesta estilística han quedado desfasadas.
El imperio que la convirtió en la marca clásica americana en los años 90, con la estrategia de surtir prendas básicas a buen precio como pantalón kaki, camisa azul claro, camisetas planas, sudadera con capucha, ropa vaquero han quedado en el pasado, y ahora las marcas de lujo siguen su crecimiento imparable y, las empresas globales de ropa «low cost» han colonizado EE.UU.
MODA DE “LUJO” Y “LOW COST” CONQUISTA EE. UU.
La española Zara, la sueca H&M, la japonesa Uniqlo y la canadiense Joe Fresh ofrecen un producto más fresco y que se adapta a los dictados de la moda. La rotación de producto en estas cadenas es casi diaria y consiguen colocar nuevos modelos en sus percheros a una velocidad que está a años luz de la de Gap.
Mientras que H&M o Zara tardan unas pocas semanas en detectar una tendencia, diseñarla, producirla y ofrecerla en sus mostradores, Gap tiene las manos atadas en sus diseños para lo que resta del año.
La explicación de estas dos velocidades es que Zara y H&M son dueños de sus propios centros de producción, repartidos por todo el mundo. Los clientes saben que en estas cadenas van a encontrar siempre algo diferente y más pegado a la actualidad.
Otra diferencia es la estrategia en la localización de sus tiendas. Frente al modelo obsoleto de los centros comerciales, sus competidores se esfuerzan en colocarse en las mejores calles de cada ciudad.
Zara, por ejemplo, va a abrir dos tiendas en Nueva York este año: una en el nuevo World Trade Center y otra, de gran tamaño, en Broadway, a su paso por el Soho. En ninguno de esos polos comerciales necesitará pelearse con Gap que más bien cerrará sus tiendas cercanas a estos puntos de venta.
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