La anunciada reactivación del comercio electrónico parece que necesita algunas correcciones para ayudar a los microempresarios.
Tras la reciente publicación de la Resolución Ministerial N° 138-2020-PRODUCE sorprendió a todos por su aparente falta de consideración con el sector responsable del 77% del empleo nacional, y con el 42% de peruanos que ha dejado de recibir su salario producto de la cuarentena; beneficiando solo a las grandes empresas.
“Como gremio de empresas que forman parte de la industria del comercio electrónico en el Perú, pedimos al Presidente, que no perdamos esta oportunidad irrepetible, para elevar el índice de competitividad digital de nuestro país, que actualmente se ubica en el puesto 61 de 63, y aceleremos las siguientes fases de reactivación”, señaló Helmut Caceda, presidente de la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (CAPECE).
En el Perú, la frecuencia promedio de compras online era de 1 vez al mes y con la pandemia del COVID-19, la frecuencia podría aumentar hasta 4 veces por mes.
Asimismo, la desconfianza siempre ha sido la gran barrera para el desarrollo del comercio electrónico en el país, pero bajo el actual contexto, el consumidor peruano ha bajado su resistencia, estableciendo esta nueva forma de comprar como la forma de seguir adelante: Moviendo el comercio, las empresas y al país.
Es por esa razón que es contradictorio al mensaje que necesita entender la ciudadanía de permanecer en casa, abrir tiendas físicas considerando el 80% de la venta retail online se da con recojo en tienda.
“No tiene sentido fomentar aglomeraciones si el comercio electrónico puede ayudar a que el 100% de las personas se queden en casa y se les entregue sus productos de manera segura”, comentó Caceda.
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CAPECE MENCIONA LAS IDEAS QUE SE DEBEN MEJORAR
– El comercio electrónico no necesita de locales físicos para operar, por el contrario, hay empresas que son 100% digitales. Bajo esta premisa, Amazon, el gigante del comercio electrónico, no podría operar en Perú con estas restricciones.
– Exigir a las empresas que se tenga facturación a través de su plataforma de comercio electrónico, por un monto no menor al 2% de las ventas anuales en el 2019, no sólo afecta directamente a miles de microempresarios, sino que también deja afuera incluso a grandes tiendas, quienes han empezado a vender online a mediados del 2019 y pese a ser marcas reconocidas, ni siquiera ellos llegan a los niveles de facturación exigidos.
– Exigir a los comercios efectuar el despacho a domicilio, con servicio de entrega propio, es una lectura muy ambigua, y se puede interpretar como que se debe dejar de lado a los operadores logísticos, quienes tienen la experiencia y la tecnología para realizar entregas de manera eficiente y segura. Cabe mencionar que en ningún país de la región se ha limitado la activación del comercio electrónico, en todas sus categorías y a nivel nacional.
– Al mencionar que las empresas autorizadas podrán operar únicamente en Lima Metropolitana, es regresar al cliché de toda la vida: ¡El Perú no es Lima!, y el comercio electrónico tampoco. Este se desarrolla 60% en Lima Metropolitana y 40% en el resto del país, y puede ser la palanca que las empresas en el interior del país necesitan para vender sus productos al menos en su misma ciudad.