Hoy, los estudios de tiempos y movimientos no son exclusivos de las fábricas. Las marcas de fmcg (consumo masivo) y los retailers necesitan optimizar los movimientos de sus shoppers para que recorran más área, para que estén expuestos a más productos, para que se demoren más en la tienda y terminen comprando más, para que las zonas frías de la superficie, sean áreas calientes, refiere Sonia Ardila, responsable del área de gestión de aplicaciones de Datelligence.
En espacios de tránsito, con la misión de cruzar de un punto a otro, el objetivo es opuesto: Convertir zonas calientes por congestión, en zonas frías en donde fluya el tráfico.
“Afortunadamente hoy la inteligencia artificial nos da una mano y los algoritmos convierten las imágenes (videos) de las personas (shoppers ó peatones) en data valiosa que genera mapas de calor, patrones de movimiento y tiempos de esos movimientos” refiere Sonia Ardila.
Además, menciona que sin bombillos en los dedos o en los pies, el objetivo sigue siendo el mismo: Optimizar.
Todo empezó con los estudios de tiempos y movimientos, que surgieron como una herramienta para hacer más eficiente la manufactura en 1.760. Primero se medían los tiempos de los operarios de las fábricas y después entró el tema de los movimientos con el objetivo de eliminar pasos innecesarios en los procesos.
A principios del siglo XX, para poder analizar esos movimientos, los esposos Gilbreth (Frank y Lilian) desarrollaron la gráfica de ciclo ó ciclografía, ubicando bombillos en los dedos de los trabajadores y fotografiando con máxima apertura de diafragma, todos los movimientos de una operación.