Después de la crisis de Lehman Brothers, la industria del retail se puso las pilas. ¿Cómo? Tomando medidas para manejar los inventarios de forma más ajustada, destacó el académico del Centro de Estudios del Retail (Ceret) de la Universidad de Chile, Claudio Pizarro al portal electrónico del Diario Financiero de Chile.
A partir de ahí, explicó que esta tendencia se sigue potenciado en los últimos cuatro años para los grandes retailers chilenos como Falabella, Ripley y Cencosud.
En este último tiempo se ha incrementado la relación con proveedores de vestuario y calzado de Perú y Colombia. Y aunque este nuevo polo de producción aún representa una cuota menor de participación respecto de los envíos que vienen de China, la tendencia se encamina a potenciarlos aún más para privilegiar tiempos más cortos de despacho, señaló Pizarro.
La razón de esta decisión, dijo el catedrático, obedece a una estrategia, de hacer frente a caídas de la demanda y a la elevada competencia de los fast fashion, como H&M, Forever 21 o Zara, que ofrecen tiempos cortos en su oferta de moda.
PERÚ Y COLOMBIA
Por su parte, el jefe de análisis sectorial de la peruana Apoyo Consultoría, Víctor Albuquerque, consideró que la alianza con proveedores en Perú se asocia a la búsqueda de diferenciación y mayor nivel de desarrollo por parte de los capitales nacionales, después de la llegada de los fast fashion.
En otra opinión, Javier Seminario, gerente general de la compañía peruana Universal Textil, que produce para una de las grandes tiendas por departamento de Chile, explicó que ellos, que venden a todas las filiales de esta firma, han experimentado un alza de producción en los últimos dos a tres años.
“Más del 90% de nuestras prendas las exportamos a las grandes tiendas de Estados Unidos, pero ahora, tres años después de empezar a trabajar con esta tienda chilena, sus pedidos representan ya un 5%. Antes intentamos trabajar con ellos, pero estaban muy orientados en China”, expresó el empresario peruano.
“Nuestra propuesta permite competir con un diseño de calidad, en tiempos bastante bajos. Así, aunque son productos caros de producir –pantalones y shorts de US$ 120 a US$ 150-, de todas formas otorgan márgenes superiores a los de productos chinos”, explicó Seminario mientras destaca que el éxito de su empresa se basó en la reinvención, pasando de fabricar elementos básicos a otros más elaborados. En ese terreno, dijo que los asiáticos no pueden competir.
En Colombia, el auge de los productores locales -especializados en cuero y lencería- se desencadenó por el aumento de los aranceles a las importaciones para el textil y el calzado, algo que ya fue consignado en 2013 por Falabella Colombia, que se vio golpeada por esta medida hasta el punto de estudiar reducir su plan de expansión en ese país.
NUEVO ESCENARIO
La flexibilidad que se logra en los inventarios compensa los costos extras que puede implicar esta estrategia. “Con esta propuesta hay mayor espacio para sobrepagar un mayor costo, porque se compensa con un manejo de menores niveles de inventarios y menos capital inmovilizado”, explicó el académico Pizarro al contrastarlo con la implicancia de traer productos de China.
“Para los aprovisionamientos más cercanos hay un sistema productivo disponible en Perú y Colombia. Hay una lógica que viene hace años, pero que se activó más el año pasado, porque están hay un escenario de menor demanda”, agregó.
Eso sí, recalca que los productos básicos, que siempre rotan, seguirán procediendo de China frente a los de moda, que comenzarán a llegar de proveedores más próximos.
Finalmente, la analista del sector de Banchile Inversiones, Cristina Acle, aseguró que esto es algo que se observó, sobre todo, a mediados y finales de 2014, cuando la desaceleración del consumo influyó en el alza en los inventarios, afectando a su vez los márgenes de las firmas.
La propia Falabella, a través de su gerente general, Sandro Solari, afirmó en agosto que optaron por la compra de inventarios de corto plazo para afrontar el menor dinamismo.
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