La forma de comprar y vender está cambiando radicalmente. Los smartphones, el comercio electrónico o los propios hábitos de los consumidores están motivando una nueva forma de entender los negocios. Una transformación digital que llega con fuerza y afecta de pleno a la industria del retail.
El comercio minorista es uno de los verticales más dinámicos para la industria tecnológica. Sus ganas de innovar van muy parejas al interés por adaptarse a las nuevas tendencias y consumidores y, en definitiva a vender.
En este contexto, los comercios de todos los sectores comienzan a reclamar soluciones tecnológicas de todos los colores para ser más competitivos e innovadores. Las tendencias van en muchas direcciones: pagos móviles, analítica y Big Data, movilidad, omnicanalidad, marketing y fidelización, medios sociales o cloud.
Por ello, el negocio para los partners está en demostrar el camino correcto para que esta innovación no sea un fracaso a través de una gama de servicios que cierren el círculo de una venta perfecta.
Desde la señalización digital hasta el comercio electrónico, la gestión de pagos o las ventas omnicanales, los comercios demandan más soluciones para dar respuesta a nuevos clientes cada vez más exigentes y preparados tecnológicamente.
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INTEGRANDO A TODOS LOS NEGOCIOS
Motivados por este nuevo espacio de venta, las tiendas están cambiando por dentro y por fuera con un único fin: mejorar la experiencia del consumidor y en algunos casos, abarcar nuevos territorios gracias a la globalización del comercio.
Sin embargo, los grandes avances tecnológicos solo se ven en las grandes superficies o redes de franquicias. Todavía hay mucho que hacer en la parte más baja de la pirámide donde están aquellas pymes que necesitan un asesor que le ayude a integrarse en esa ola de innovación, indica el e-book titulado “La nueva era de las compras”.
Las tiendas, según Gartner, quieren entender mejor a sus clientes, mejorar sus procesos de venta multicanal y agilizar los procesos de compra. En definitiva, buscan las herramientas necesarias para ser más competitivos y enfrentarse al cada vez más complejo mercado de la venta. Es ahí justo donde la innovación puede aportar valor.
Pese al impulso dado por la tecnología en materia de retail, todavía es un segmento con mucho que explorar. Las tiendas solo han tocado la punta del iceberg de posibilidades con las que ahorrar costes, mejorar en productividad y añadir valor a sus negocios.
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