Sears, la cadena estadounidense de retail que empezó en 1886 vendiendo relojes para después convertirse en la firma más emblemática del sector está viviendo su ocaso.
Expertos creen que la firma necesita tomar decisiones radicales y que medidas como cerrar cerca de 120 tiendas no son suficientes para recuperar su lugar en el mercado.
Después de un pésimo desempeño durante la venta de temporada de fiestas, debido a productos poco atractivos, tiendas deterioradas y una reputación de mal servicio al cliente comparada con sus rivales cercanos como Macy’s y Target, anunció que cerraría hasta 120 de sus 3.500 tiendas en EEUU, lo que hizo que sus acciones se deplomaran la semana pasada cerca de 25% y su capitalización de mercado se redujera a
US$ 3.400 millones.
“Cerrar cerca de 100 tiendas es como arreglar las reposeras del Titanic. Ésta es una compañía que no necesita sólo una cirugía cosmética, sino que una cirugía radical”, dijo a Reuters el presidente de la consultora Customer Growth Partners, Craig Johnson, que entre sus clientes tiene a J.C. Penney y Toys R Us.
Johnson y otros analistas del sector creen que Sears debería cerrar al menos 1.000 tiendas, entre ellas las de Kmart (la cadena de descuentos que Sears compró en 2005) para recortar costos y recuperar lo que pueda de la venta de inventario y de inmobiliario. Entonces necesitará modernizar los locales restantes y expandir su negocio de Internet.