Para nadie es una sorpresa la cantidad de cambios que ha ocasionado la pandemia y el encierro en general. En el contexto peruano, la tecnología no formaba parte integral de muchos sectores, por la falta de innovación e inversión, sin embargo, el covid-19 llegó a revertir eso, y en menos de un año todos debían usar -al menos- un smartphone.
Esto se vio desbordado principalmente en dos aspectos: la vida académica y el trabajo. Del último, tenemos varias notas y estudios en el portal que pueden revisar en el siguiente enlace, por lo que nos centraremos en la virtualidad de la nueva educación en el Perú.
Poniéndonos en contexto
Para fines del siguiente análisis, 2019 es nuestro punto de partida, campaña comparable de ventas escolares (útiles, uniformes). Como mencionamos, el uso de una computadora o del smartphone se limitaba a la búsqueda de información y rara vez a la realización de algún trabajo imprimible.
El 2020 fue un año truncado, pues si bien hasta antes del 16 de marzo las ventas crecían con regularidad, tras el encierro y el desuso que se le brindó a lápices y colores, el crecimiento se fue en picada. Debido al mismo, sin saber realmente qué hacer, nos adentramos en las clases virtuales, requiriendo no solo equipos como desktops, laptops o smartphones, si no contar también con cámaras de video, equipos de sonido y una buena banda ancha de Internet.

Así llegamos al 2021, donde apenas se logró el 20% de lo vendido antes del coronavirus (según estimó la Cámara de Comercio de Lima), y donde aún no se contemplaban los equipos tecnológicos per se dentro de los útiles escolares. Pero, ciertamente, luego de un año caótico las clases mejoraron, pero los sectores como el textil se contrajeron por la nula venta de uniformes.
Ahora bien, 2022 es la primera campaña completa, marcada por un flujo libre de tránsito a partir de febrero y el retorno a la presencialidad (semi) en colegios, universidades e institutos. Cabe adicionar a la lista de útiles equipo de protección, como alcohol y mascarillas.
Situación actual del sector
Para los productores de útiles escolares, la campaña escolar se inicia en octubre y acaba en marzo, periodo de tiempo donde se realizan las entregas a los minoristas. Y la venta de estos usualmente se registra a finales de enero e inicios de febrero, cuando los padres de familia reciben las listas respectivas. Los estudiantes de educación superior realizan compras de algunos útiles de escritorio, mayormente, una a dos semanas antes del inicio de sus clases.
La campaña escolar de 2022, en ventas, la consideraremos desde febrero a abril. Según la proyección del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial de la CCL, entre abril 2021 y marzo 2022, el PBI del sector Comercio creció en 23.5%, posicionándose con 8.1 puntos en la distribución global. Asimismo, las ventas de este sector crecieron en 29.7% en el periodo.

A su vez, se espera que, para todo el año, el rubro comercial crezca 4.1%, dinamizado por los mismos factores ya mencionados. Pero todavía se encuentra ralentizado por los problemas logísticos a nivel global, el encarecimiento de materias primas para fabricación de tecnología y útiles, así como la vigente guerra entre Rusia y Ucrania y la amenaza que significa el recorte de suministro de hidrocarburos.
Todos estos problemas han originado que los productos escolares se encarezcan entre el 10% y 15%, de acuerdo a firmas como Tai Loy, y hasta un 20%, según otros jugadores del sector. Esto se equilibra con la menor cantidad de útiles que requiere un niño para ir al colegio.
Un colegio privado en Lima, antes de pandemia, requería hasta 8 cuadernos para cada uno de los cursos que llevaba; ahora solo se requieren 6 y hasta menos en otras instituciones. Consultados por este medio, algunos padres de familia refirieron que ellos mismos propusieron la disminución de materiales debido al poco o casi nulo uso que le daban por experiencia previa.
La nueva campaña escolar y el inicio de cambios significativos en la educación
Del mismo modo sucede con los materiales para el salón, pues en las listas de 2022 ya no se requieren ni papelógrafos, ni botes de goma o papeles de colores, como sí sucedía antes. En cambio, ahora se requiere de un “Kit personal de prevención COVID-19”. Aun así, empresas como Artesco y Faber-Castell, dos de las marcas de útiles escolares favoritas y recordadas de los peruanos, estiman que las ventas de este año alcanzarían el 80% del 2019.
En lo que respecta a la venta de uniformes, tan solo el 35% de los talleres en Gamarra dedicados a la confección de estos están operativos, y en general solo la mitad de todos los talleres trabajan, otros se reinventaron y cambiaron de estrategia comercial. Los productores de calzado se vieron en situación similar, sin mayores expectativas por la flexibilidad en la vestimenta en varios colegios del país.
Para este punto, el 74% de hogares en el Perú cuentan con Internet o Wifi, y si bien no están descritos como tal en las listas que se deba tener una computadora personal o un smartphone, está implícito que llevar clases virtuales o semipresenciales, lo requieren. Entonces, es cuando la implementación de equipos tecnológicos se suma a la campaña escolar, nunca antes visto.
Por otro lado, cabe recordar que la pandemia impulsó el comercio electrónico en el país, que de otra forma recién en 2023 se estarían desarrollando estrategias para su popularización. Al respecto, Linio comentó que la demanda de útiles escolares en 2022 creció más de 1000% en comparación a la campaña de 2019 y más de 450% en comparación a la campaña de 2020.
Destacando en venta y crecimiento la categoría de calculadoras registró más de 250%; papelería más de 2000%; lapiceros, lápices y plumones crecieron más de 2100%; y cuadernos y agendas se alzaron más de 600%.

Síntesis del 2022
Como resalta Leslie Passalacqua, presidenta del Gremio Retail y Distribución de la CCL, “el consumidor actual ha cambiado completamente y es más híbrido que nunca”. Refiere que un alumno, tomando de ejemplo a su hijo, pasa solo dos días a la semana en el colegio, y los otros tres lleva las clases en su computadora en casa.
Dialogando sobre el futuro de ese rubro dentro del sector, si bien sigue siendo incierto el mañana, la virtualidad ya forma parte del peruano, y en el caso de la educación debería mantenerse con este formato, aun cuando la pandemia cese. Esto implica que los negocios, sobre todo mypes (quienes son los máximos vendedores en una campaña escolar), prevean un menor stock de artículos para no terminar con exceso y sobrantes, y en cambio, ofrezcan productos más pensados para el formato híbrido.
Como ejemplo de esto último están los lectores de libros digitales que, según Linio, la demanda creció en 300% respecto a lo registrado en 2019. Finalmente, mencionar que las ventas de esta nueva campaña escolar -repito, una completa a diferencia de los últimos dos años- alcanzó casi el 75% de lo vendido prepandemia.